EL REINO es semejante a un hombre que se quedó profundamente dormido y soñó que estaba solo en el universo. Y lo único que había en toda la extensión eran piedras, máquinas, complicados robots y toda clase de fuerzas en acción. Y así, soñando que estaba en el reino de la soledad humana, empezó a andar dormido. Y se lanzó sonámbulo por los caminos del mundo.
Y he aquí que se le acercó otro hombre para comunicarse con él y decirle: “Aquí estoy, soy otro como tú”. Mas el sonámbulo al ser tocado se dijo: “Un robot mal programado acaba de toparse conmigo… o tal vez se trate de un mecanismo que concentra las fuerzas del movimiento dialéctico de la naturaleza… o quizás sea un árbol”, y se hizo a un costado.
Mas el otro hombre insistió, y agarrándolo por los hombros lo sacudió gritando “¡Lázaro, ven fuera…! ¡Despiértate sonámbulo Zaratustra!”. Súbitamente adolorido por el amor del otro, el sonámbulo se despertó y lentamente aquella pesadilla de soledad que le había parecido tan real se pasó, y vio al otro hombre y emocionado lo abrazó y echaron a andar juntos.
Y el otro hombre le dijo: “Tienes que darle gracias a Dios que me mandó para traerte de vuelta al Reino de la Realidad”. El que había sido sonámbulo se había criado en la escuela de Nietzsche, Freud y Marx, y había sido sometido a la propaganda de Stalin, Hitler y los científicos de la Seguridad Nacional. Así que empezó a responderle: “¿Darle gracias a Dios? Si todo es nada más que una neurosis, un fruto del temor a la naturaleza, un miedo de soltar la voluntad de poder y de muerte que llevamos dentro…” Iba diciendo así, cuando el otro lo miró compasivo, y le tocó la mano en gesto amigo y le dijo: “¿Estás realmente despierto?” Y el hombre se dio cuenta de repente que ya la pesadilla había pasado, y que no estaba solo. Y le dijo al otro hombre: “Tienes razón, voy a darle a Dios gracias en tu nombre”. Y allí mismo se detuvo y elevó la mirada.
Y hubo gozo en el cielo porque otro ser humano había entrado en el reino de la realidad.
El Profesor Samuel Escobar, quien ha sido redactor de CC desde su fundación, es casado con dos hijos, peruano, actualmente es profesor en The Eastern Baptist Theological Seminary de Philadelphia, EEUU, en donde reside con su familia desde hace cinco años. Fue Director de PC y de Certeza. Es un destacado teólogo latinoamericano, autor de varios libros. Los dos trabajos que publicamos en este número, fueron escritos para nuestra revista. En Argentina estamos orando para que Dios le permita establecerse en nuestro país al concluir su tarea en el Norte.
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